Las copias y falsificaciones provocan cada año miles de millones de pérdidas en las industrias de la Unión Europea (UE). Muestra de ello son los datos del estudio piloto elaborado y publicado recientemente por la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI) –la agencia comunitaria encargada del registro de marcas, dibujos y modelos– que situaba a España como el mercado más afectado por la presencia de falsificaciones de cosméticos. Según este informe, estos artículos provocan que el sector pierda en Europa 4.700 millones de euros al año y 50.000 puestos de trabajo.
Se trata de una situación que se repite en muchas otras áreas de actividad y en la que quiere poner fin la UE. Entre las medidas encaminadas a reducir estas cifras, el bloque comunitario pretende que los instrumentos para proteger los derechos sobre las innovaciones y creaciones sean “más económicos, rápidos, fiables y previsibles”. Así lo señalaba recientemente la Comisión Europea en dar cuenta del acuerdo político provisional alcanzado por el Parlamento Europeo y los países miembros sobre la propuesta de reforma de los sistemas de registro de marcas.
Bruselas espera que esta mejore las condiciones para que las empresas innoven y refuerce así la eficacia de la protección que les confieren las marcas contra las falsificaciones, en especial contra el tráfico de mercancías falsificadas a través del territorio comunitario. Tal como explicaba la comisaria europea para el Mercado Interior, la Industria, la Emprendeduría y las Pymes, Elzbieta Bienkowska, el acuerdo sobre la reforma conducirá a un marco legal más moderno y más eficaz.
Medidas de la reforma
Uno de los elementos centrales lo constituye la “reducción importante de las tasas” para marcas comerciales en todos los estados miembros. Y es que el costoso que resulta el proceso disuade muchas empresas de proteger su marca en el ámbito europeo. El Ejecutivo calcula que se generarán ahorros de hasta el 37%, en particular para los negocios que buscan protección de sus marcas comunitarias más allá del período inicial de 10 años.
La reforma también prevé racionalizar y armonizar los procedimientos de registro en todas las oficinas en la UE. Así, Bruselas quiere unos procedimientos más rápidos y con menos cargas que considera que beneficiarán sobre todo las pymes, ya que el crecimiento de estos negocios puede llevarlos más allá de la frontera de un Estado miembro y, como consecuencia, deben buscar protección para sus marcas ante múltiples administraciones nacionales.
Igualmente, el acuerdo pretende mejorar los medios para luchar contra la falsificación de mercancías en tránsito por el territorio de la UE, a fin de evitar que el territorio sea un centro de distribución para productos falsos a otros destinos del mundo, explica la Comisión en su comunicado.
La reforma se centra también en unas disposiciones más modernizadas y ofrecer mayor seguridad jurídica en adaptar las reglas sobre marcas comerciales en el entorno empresarial actual y en aclarar el alcance y las limitaciones de los derechos de marca.
(Fuente: Banco Santander)